[] Diseñada, con reminiscencias modernistas, por el arquitecto municipal Valentín Lavín y esculpida, en piedra de Novelda, por José Quintana, la Farola de las Cuatro Estaciones se colocó en 1913 en la Plaza del Ayuntamiento, lugar conocido por aquel entonces con el nombre de Pí y Margall. Aunque allí no duró mucho. Y es que, al poco tiempo, fue trasladada a los aledaños de la Plaza de la Esperanza. Frente al popular mercado estuvo hasta 1983, fecha en la que terminaron las obras del parking subterráneo de la Plaza del Ayuntamiento y se decidió recuperar a la icónica farola frente al consistorio, en el mismo sitio donde se encontraba la fuente monumental que ahora está en El Sardinero (junto al Parque de Mesones). Casi treinta años después, la reciente reforma de la Plaza del Ayuntamiento dejó, de nuevo, sin hueco al conjunto escultórico. Tras meses de incertidumbre sobre su ubicación definitiva, las figuras de las Cuatro Estaciones, basadas según la tradición popular en la belleza de la santanderina Basilisa García Herrera, han encontrado su sitio en la Alameda de Oviedo. Esperemos que esta vez sea por mucho tiempo.
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