[] Las antiguas dársenas del puerto industrial, frente al Paseo de Pereda, siempre fueron un lugar privilegiado para contemplar a una imponente Peña Cabarga presidir la Bahía de Santander. Hoy, este enclave, ganado al mar, ha enterrado las vías de los viejos trenes, que acudían a la "orilla" en busca de mercancías, para dar paso a un acogedor paseo de bancos de madera, a la sombra de árboles antisalitre.
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